domingo, 6 de junio de 2010

Mi aventura de ser docente



En enero de 1984, recibí una llamada, donde me invitaban a impartir clases en el CETis 131. Así fue como inicio mi aventura de ser docente. Desde pequeña, veía en la televisión las películas de historias de maestros y maestras con gran vocación, siempre me llamaron la atención y en algún momento paso por mi mente estudiar tan hermosa carrera. Al presentarse esa oportunidad, sentí que de alguna manera estaba destinada a cumplir aquel sueño infantil. Desde entonces al verme desprovista de herramientas pedagógicas, luche por prepararme para suplir esa debilidad, ingresando a cuanto curso se ofrecía en mi plantel, planteles hermanos y en la vecina ciudad de Mc. Allen, Texas, hasta cursar la maestría en educación superior (la cual deje trunca), Maestría en Administración Industrial, Maestría en Comunicación Académica, pasando por diplomados y especialidades.
Siento que aquella llamada en Enero de 1984, marcó significativamente mi vocación, descubriendo las fortalezas que podía aprovechar para lograr vencer las debilidades, al carecer de las bases pedagógicas requeridas para impartir la cátedra docente.
Dedicarme durante 25 años a esta profesión, ha significado un sin número de satisfacciones, muchos sacrificios de carácter personal, familiar y profesional, pero sobre todo, el orgullo de ver a mis ex alumnos, como miembros activos y productivos de la sociedad, algunos traen a sus hijos a estudiar al plantel, porque para ellos el CETis 131 es el “mejor”, o escuchar en alguna región distante un: “profe…” se acuerda de mi, atender una llamada telefónica con la voz de un joven que dice: habla … de la generación… se acuerda…? O que los encuentres en la calle y te presenten a su familia y les digan ella fue mi maestra en la prepa.

*¿Qué relación guarda "El malestar docente" con nuestra historia personal y qué hacemos o podemos hacer para combatirlo?

El simple hecho de haber estudiado una carrera diferente a la de profesor, me hace sentir un malestar, porque no me siento preparada para enfrentar a un grupo, desde la concepción pedagógica de un docente, que se ha forjado específicamente para esto, me faltan las bases pedagógico didácticas necesarias para abordar mi cátedra y transmitir a mis alumnos lo que me gustaría. No solo conceptos, que para ellos se tornan aburridos y vacios, sin ninguna relación con su entorno. Es por eso que me esfuerzo por suplir mis deficiencias y busco apoyos para preparar mis clases. Día a día trato, ahora lo sé, de ser un maestro de humanidad, me gustaría lograrlo, busco superar mi clase anterior, por medio de ensayo y error, veo con satisfacción, que mis alumnos logran obtener las competencias que se requieren para tal o cual asignatura.

Les confieso, que he experimentado la ambivalencia de nuestra profesión, las mas de las veces logro rozar el cielo con mis manos, aunque también, las menos, me he aburrido, por lo que trato de apuntalar las situaciones positivas y corregir errores, lo más satisfactorio para mi dentro de esta noble y bella profesión, ha sido: haberme ganado la libertad, la alegría de sentirme útil.

Entrada publicada originalmente en: http://cronicaseducativascetis131.blogspot.com el viernes 7 de mayo 19:31 hrs

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